Esperando sorpresas...

Hoy es mi último día de vacaciones.
Lo cierto es que ha sido un mes intenso en vivencias y sin preveerlo me ha servido para poner algo en orden mi vida, y como si se tratara de una Nochevieja cualquiera, desterrar cosas viejas y apostar por mi futuro, y por todas esas cosas buenas que sé que me esperan y que hasta ahora yo misma bloqueaba, repitiendo una y otra vez la misma pauta de conducta.
Casi me sorprende haber adquirido tanta fortaleza, aún no sé ni cómo, y casi sin darme cuenta haber tenido el valor y decisión para terminar una relación que desde hace demasiado tiempo me hacía infeliz pero a la que me seguía aferrando sin ya ninguna excusa...La costumbre a veces nos hace cómodos y creemos que ya no podemos cambiar nada, resignándonos a vivir situaciones que nos disgustan pero sin poner ningún remedio, engañándonos pensando que todo cambiara con el tiempo y buscando soluciones inexistentes cuando no depende sólo de nosotros mismos ese cambio, sino también de la otra persona y ésta no hace absolutamente nada por remediar la situación y se estanca en su postura hasta que se extingué el amor...
En realidad, el único remedio para curar nuestra propia infelicidad esta en nosotros mismos... y en huir lo antes posible del lado de quienes no nos saben hacer felices...

Y mañana vuelta a la “normalidad”.
Mi primer propósito es no alterarme en la oficina e intentar volver de buen rollito, el segundo empezar a estudiar para un exámen que tengo dentro de nada y por supuesto también retomaré el gimnasio, mañana mismo...
Piensó que eliminados los obstaculos que cortaban mis caminos, que tengo más claro que nunca lo que deseo y que no me conformaré con menos...Asi que a partir de ahora todo puede suceder, y tan sólo espero cosas buenas, me gusta pensar que he perdido el miedo a los cambios y que ya no me asusta que la vida me pueda sorprender, de hecho eso deseo: Sorpresas.