" Promise me you'll never give up...
no matter how hopeless..."
" ... I Promise."Siempre me sentí atraída por la historia del Titánic, desde hace muchos años me fascino esa historia y saber que en algún lugar del mundo reposaba en el fondo del mar ese barco. Si por casualidad encontraba algún artículo sobre el tema lo leía ávidamente y si eran imágenes en algún reportaje, documental o noticias ya no me separaba del lado del televisor. En aquellos tiempos no existía para mí internét.
Por eso esperé con expectación la película que además de iniciarse con escenas submarinas del barco imaginaba una supuesta historia de amor.
Esa película debido al momento y día en el que la vi estará siempre asociada al recuerdo de un amor que pudo ser y no fue. Y también a mi cobardía de entonces renunciando a apostar por él. Pero ese especial momento ya pertenece al pasado, aunque la película sea por siempre para mí, el símbolo de mi estúpida renuncia.
Una de las cosas que me encanto de la película fue la escena de la viejecita que inicia el relato de su viaje para después al final, tras haber contado su historia, y mientras muere, placidamente dormida, la cámara muestra las fotografías que intentan evidenciar todas las aventuras y experiencias que ella ha vivido, saboreando cada momento, sin rendirse…Porque como le decía su amante durante la película “Cada día cuenta”.
A pesar del ataque de tristeza que tuve ayer, hoy me he despertado mejor, quizás mi tristeza viene por asumir que esta vez es el fin definitivo, y supongo que es normal sentir ese duelo en el alma, pero lo cierto es que me siento tremendamente aliviada, que me siento liberada. Ya no tengo que sentirme idiota por seguir esperando, conformándome ni dando por válidos estúpidos y absurdos pretextos.
Tampoco siento rabia ni nada así contra él, e intento mantenerme lejos de esos sentimientos destructivos.
Alguna vez leí que son los rencores, el odio, la rabia, el despecho..., lo que nos impide pasar página de viejas historias porque nos siguen atando a un pasado que ya no deseamos repetir ni vivir. Y para desprendernos del pasado, para dejarlo verdaderamente atrás, es mejor aligerar ese contenido de recuerdos dañinos que nos vinculan al pasado.
Así que he hecho un lavado a mi corazón, he puesto el centrifugado y limpia de sentimientos negativos intento que tampoco los buenos recuerdos enturbien esta colada que he tendido al viento de la esperanza, aunque sé que tardara en secarse, que no será fácil...
He logrado mantenerme al margen de su vida, en todos los sentidos, me he apartado de personas, de lugares, de situaciones..., que me puedan hacer daño, aún sin pretenderlo.
No he repetido mi pauta de conducta de otras veces y creo sinceramente que esta vez lo estoy superando y me siento muy bien conmigo misma por mostrarme coherente y no dar cuartel a mi melancolía ni a las falsas añoranzas que me hacían idealizar lo que vivía cada vez que yo intentaba terminar la historia puesto que no me satisfacía como yo deseaba.
Las cosas que no podía o no quería darme me causaban más infelicidad que todas las que me daba, porque comprendía que era una relación anormal, con demasiadas carencias y que no podía vendarme por más tiempo los ojos y fingir que nada sucedía, seguir dándole tanto a cambio de tan poco, sin que él jamás reflexionara ni se planteara nada más de cuanto le reclamaba, puesto que en cada ruptura en lugar de detenerse a reflexionar y a procurar solucionar lo nuestro se limitaba a buscar desesperadamente a otras mujeres con quien suplantarme. Siempre le resultó fácil en mis ausencias, buscarme sustituta, porque jamás se entrego a amarme, si lo hubiese hecho no habría sido capaz de actuar así. Ahora lo sé. Y era absurdo pretender seguir atada a quien no me amaba de verdad, las aventuras temporales no duran tanto tiempo.
El viernes pasado además de romper con él, dadas sus respuestas a mis ineludibles preguntas, también fumé mi último cigarro. No he vuelto a fumar, y me mantengo firme en mi decisión que simbólicamente se entrelaza con mi ruptura.
Creo que nunca me había sentido tan fuerte y segura de mí, tanto que ni siquiera me dejo martirizar por esos pensamientos de porque aguanté tanto o permití ciertas situaciones, todo pertenece ya al pasado y no me interesa ya darle vueltas, ni dar explicaciones a nadie ni tampoco pretendo dar lástima o que nadie me de la razón, todo eso ya me da igual.
Me importa el aquí y ahora, me interesa lo que voy a hacer a partir de hoy, cada día, sentirme bien con las personas que me rodean y me quieren y hacerlas sentir bien.
No me interesa implicarme sentimentalmente con nadie ni deseo conocer desesperadamente a nadie, ahora mismo no me apetecería ni quedar a tomar café con ningún desconocido, sé que jamás se puede decir “de esta agua no beberé” pero ahora nada de eso me apetece. Prefiero sentirme libre, salir con mis amigas, gozar de una charla, de un viaje con ellas, no tener que dar explicaciones a nadie, no sentirme atada a nada.
Él ha muerto para mí, y su recuerdo se hunde cada día un poco más entre los restos de su propío naufragío, anclado al amor que no supo darme, sepultado bajo el peso de todas las ilusiones y decepciones que me regaló, él se hundirá en el mar de mi desamor , hasta que llegue a yacer en lo más profundo del océano del olvido, pero yo estoy viva, sigo viva y deseo ilusionarme cada segundo del día, no importa en qué ni porqué, deseo sonreír, saborear cada hora, pasarlo bien, y apurar al máximo cada minuto, no importa dónde ni con quién, porqué...
Cada día cuenta”.